MIS PÁGINAS.

jueves, 21 de marzo de 2019

Memoria familiar.



La casa de María estaba al lado de la carretera que iba a Marbella desde la Víbora.Un día jugaba en la puerta de su casa cuando sorprendida le dijo a su madre Tomasa: “Mamá, mamá, mira ese hombre como lleva el perro en la bicicleta” (y es que el can iba sentado detrás del sillín cual figura humana).Ese es Luis Quero, le dijo su madre.Esa vez fue la primera vez y la última que mi madre vio a su futuro suegro, y es que fue asesinado por el bando republicano pocos años después, ametrallado y quemado junto a otros en el castillo de Fuengirola.Tenía fama de gran cazador y los señoritos de Málaga lo requerían cada dos por tres para sus batidas de cacería.Era alto, rubio y muy guapo según quiénes le conocieron.Mi madre tenía unos ocho o nueve años cuando lo vio con su bicicleta y su inseparable perro, de camino hacia no se sabe donde.
Unos años más tarde y ya pasada la guerra, mi padre fue a trabajar para sacarse un sueldo escardando el trigo en La Jícara, la finca de mi abuelo materno.Allí fue donde conoció a mi madre, ya que las mujeres también escardaban el trigo cuando terminaban de amasar el pan o lavar la ropa.Un día, cuando trabajaba al lado de mi tío Pepe le dijo:”Me gusta tu hermana”.Así fue como se enteró que la pretendía, y ella se alejaba lo máximo que podía de él cuando tenía que trabajar en el campo, ya que tenía que salvaguardar su honra, y que no la tildaran de mujer fácil.Un tiempo después, en un pozo había un rosal precioso completamente florido ya que era plena primavera, mi padre cogió una rosa y le dijo a una prima de mi madre:”Dásela a María de mi parte”, y ella fue gritando la noticia: “una rosa para María, sí, de Juan.....”Un tiempo después, un tío de mi madre llamado Pepe organizó un baile, en el que mi padre sacó a bailar a mi madre y fue obsequiada con una cadenita (que según mi madre no era de oro ni ná, de las que cambiaban las gitanas por algo de comida).
Mi abuelo Francisco no lo quería porque era muy pobre.Diez años estuvieron de novios.
Ya han pasado veintiún años desde que murió mi padre.Hoy me dice mi madre, al recordarle este dato, que siempre le decía que él moriría antes que ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario